lunes, 30 de mayo de 2016

Un toro bravo de Ibán

   Baltasar Ibán es siempre recibida con expectación por los aficionados, no solo por ese tótem llamado Bastonito, venerado por los aficionados más que la mismísima virgen, sino porque todos los años echan toros que derrochan casta. No suele fallar. El Cortijo Wellington es una maravillosa factoría que no deja de producir toros bravos, como el jugado ayer en segundo lugar: Camarín.

Dentro del conjunto fue el más proporcionado, el más en Ibán, aunque andan diciendo desde tierras charras que proviene de un semental de Pedraza de Yeltes, la ganadería que trajo un toro afeitado hasta las orejas. No han tardado en colgarse la medalla. En conjunto, el primero excesivamente aleonado, el tercero un retaco de astas veletas, y los tres últimos grandullones.

Camarín de salida. Foto Álvaro Marcos

Lo de Camarín fue bravura auténtica, en puridad. La bravura que explicaba en esta entrada, definida llanamente con la frase "hasta aquí hemos llegado". La RAE sólo necesita una palabra para explicarlo, dicho de un animal: fiero o feroz. Porque Camarín, después de cinco tandas en las que Aguilar le dio distancia y se lo dejó llegar de largo, sin esconderlo, intentando gobernar las imparables acometidas del funo sin terminar de conseguirlo, como los bravos de veras, en vez de mirar con tontuna a los tendidos y huir a tablas, Camarín dijo que se acababa la historia y que no le pegaban ni uno más. A esas alturas de faena Camarín no embestía, cazaba. Aguilar se percató, cogió la espada y se lo llevó a los adentros con varios muletazos por bajo que tanto gustan en esta plaza, sin lucimiento, y se tiró de verdad, con el cuerpo tras la espada, llevándose un pitonazo en el pecho y colocando el estoque arriba, donde merecía tamaño toro. Podría haber sido una vuelta al ruedo en vez de una oreja, pero no era, ni mucho menos, para protestar al torero. El presidente no se enteró de nada, otros días sacan el pañuelo azul por cuenta propia, sólo si se cortan las dos orejas en faenas que hierve la plaza; si lo pide la afición tras una lidia intachable, no parecen capaces de verlo.

Aguilar iniciando el trasteo por bajo

Porque Camarín acudió de largo a la pelea, fijo en el caballo. En el primer envite empujó con todo y en el siguiente lo sacaron rápido. Pedía pelea y no vimos el ansiado tercer puyazo porque no se administra el castigo, se lidia malamente. En banderillas no hizo ningún ademán de manso y persiguió a Rafael González. Todo ello con viveza, con brío de bravo, codicia y galope que era todo un deleite.

Primera vara

El resto de la corrida no tuvo mal tono, en general con fondo de casta, de toro de lidia. Iván Vicente y Víctor Barrio no estuvieron a la altura, especialmente el último. El primero del encierro fue de largo al caballo, pastueño, pero de buena condición; tercero escondido en el jaco, encastado, no se cansó de embestir; cuarto manso encastado; el quinto desangrado en varas, aplomado, con clara tendencia de manso; y el sexto de buen juego en los primero tercios, se paró pronto, aunque los terrenos que escogió Barrio, junto a las tablas, seguramente no fueron los adecuados.

Camarín volverá a sonar, estamos ante uno de los toros de la feria y de la temporada. Un toro de premio.

sábado, 28 de mayo de 2016

Viergado, de Moreno de Silva

Dibujo a lápiz por Juan Pablo Cardona


 Toro de nombre Viergado, nº 2, nacido en 12/2010, 576 kg. de peso. Ganadería Saltillo y herrado con la marca de Moreno de Silva. Fue lidiado y estoqueado por José Carlos Venegas el 13 de septiembre de 2015, obteniendo una oreja. Viergado ganó el premio de la Asociación El Toro de Madrid al toro más bravo de la temporada 2015, con un 65 % de votos; el ganadero, D. José Joaquín Moreno de Silva, recibió el trofeo en un acto que celebramos en Casa Patas el pasado mes de febrero.

  Recibió tres puyazos, haciendo un extraño en el segundo pero tomando un tercero creciéndose, en el que puso el caballo contra las tablas, empujando con poderío. Se vino arriba en banderillas y dio un revolcón a David Adalid, afortunadamente sin consecuencias. En la muleta mantuvo la casta, embistiendo con codicia por ambos pitones toda la faena, un torrente de embestidas humilladas y fieras a las que hizo frente con decoro José Carlos Venegas. Tuvo muerte de bravo. 

  
  Esto y mucho más, publicado en el nº 48 de La Voz de la Afición, Asociación El Toro de Madrid, que puedes leer aquí

jueves, 26 de mayo de 2016

El toro de Madrid


Foto blog Extrapicurciela

  Estas dos moles de carne, bastos y sin pitones, salieron ayer por los chiqueros de Las Ventas. El de arriba estoqueado por Perera, el otro era para López Simón y fue devuelto al negociado de Florito por su invalidez. Tenía carita recogida, estrecha y cornicorta, como un servidor no ha visto nunca en esta plaza. Todo ello después del consabido desfile de toros en día de figuras, los jandillas fueron desechados por razones desconocidas y en su lugar una corrida fea, sebosa, desigual, blanda y descastada de El Vellosino. Con lo de "figuras" nos referimos concretamente a El Juli. No negamos su carrera o sus virtudes como torero, pero en cuestiones ganaderas, al menos en nuestra plaza, es un cero a la izquierda. Tanto poder para escoger, tanto mando, y al final solo hace acumular escándalos para que le embista uno de cada veinte. Hay toreros como Bautista, El Cid, o Juan del Álamo que, sin ser tan escrupulosos, en Madrid le embisten ocho de cada diez. Las paradojas y los azares que tiene esto.


Buen momento para recordar estos párrafos escritos por Joaquín Vidal:

  El público de Madrid -queremos decir, los aficionados- tiene preferencia por el toro y lo exige. Entiéndase, el toro de lidia, encastado y con trapío. No el toro grande, sino serio, bien armado, bien hecho y con la envergadura correspondiente a su encaste. Ése es el toro que quiere. Naturalmente, si sale un toraco de 600 kilos arriba, no lo va a protestar (no es antirreglamentario, ni mucho menos), aunque si se trata de una amorfa masa de carne también lo protesta y entonces les sirve a los taurinos para reforzar sus acusaciones respecto a las exigencias de la afición madrileña.

  En cierta ocasión -corrían los años sesenta- saltó a la arena un toro para Palomo Linares que, según la tablilla, rebasaba los 600 kilos, y los aficionados lo protestaron con tremenda vehemencia. No era por el tamaño, obviamente, sino por su discutible trapío y, sobre todo, porque tenía aspecto de estar afeitado "hasta las orejas".

  Aquella misma noche ya aparecía determinado taurino en el Telediario de TVE -los taurinos siempre han tenido una facilidad sorprendente para introducirse en TVE cuando les conviene - invitado con el fin de que explicara a la audiencia lo sucedido aquella tarde en Las Ventas. Y lo sucedido, según su versión (en TVE se cuidaron muy mucho de que no pudiera oírse la contraria), lo relató más o menos así: "Los aficionados de un determinado sector de la plaza (entonces eran los de la andanada 8), orquestados por un conocido crítico taurino enemigo de Palomo Linares, habían protestado un toro de más de 600 kilos, pues lo que pretenden es que salgan elefantes con cuernos para que no puedan triunfar los toreros". Semejante interpretación de los hechos era una grosera manipulación de la realidad, por supuesto, pero los taurinos la consideraron genial y han venido utilizando ese argumento hasta nuestros días.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Afeitado en Madrid de Pedraza de Yeltes


Toro Mira-Bajo, nº 50. Lidiado en primer lugar por Juan Leal para confirmar la alternativa, la tarde isidril del 17 de mayo. Foto publicada en este blog


Abajo, el mismo toro, Mira-Bajo nº 50, en el apartado. La imagen es de Juan Pelegrín, fotógrafo oficial de Las Ventas, publicada en su perfil de twitter


Solo puedo decir una cosa:

  Asco

lunes, 9 de mayo de 2016

Corrida con interés de Montealto

  Con más de media hora de retraso asomaron los espadas por la puerta de cuadrillas para hacer el paseíllo debido a las maniobras de acondicionamiento que necesitó el ruedo tras el aguacero. La gente ha perdido demasiadas energías protestando lo inevitable, ya dijo Pérez de Ayala parangonando el carácter español con el público de toros que es propio de nuestra naturaleza soliviantarnos con lo banal y tragar con lo que de verdad merece repulsa. El caso es que ni media plaza para ver la corrida de hoy, la tarde desapacible, mas el señor Eolo estuvo de tregua todo el festejo.

La corrida de Montealto mantuvo interés y si el orden de lidia hubiera sido otro la sensación al salir del coso hubiera sido completamente diferente, no es lo mismo lidiar un gran toro en primer lugar, como sucedió aquí, que hacerlo en quinto. Las hechuras de los animales no permitieron otra forma de enlotar, hemos visto tres toros muy bajos de inicio, primero y tercero acochinados, con unas anchuras de lomos exageradas. Y otros tres muy grandes, altos, apretados de los cuartos traseros y largos como una mañana sin desayunar. Duros de patas, solo adoleció de fuerzas el tercero porque el puyazo cayó en mal sitio y no paró de manar sangre, y aún así quedó por encima de José Manuel Mas. En varas, en general, tuvieron la peculiaridad de coger un primer puyazo poderoso, largo y encelado; pero muy a menos en el segundo encuentro, protestando, o saliendo rebotados y sueltecitos. Puede que administrando el castigo como es debido, en vez de cebarse y tapar la salida en el primer encuentro hubiéramos visto otra cosa. En la muleta hubo de todo: desde el codicioso y encastado primero, pasando por el incierto y duro segundo, aplomado el tercero, exigente el cuarto, descastado el quinto y el noble aunque poco voluntarioso sexto. 

Juan Bautista ha sorteado un lote para ponerse en figura del toreo. El primero de ellos de nombre Venturoso II, de salida evidenció lo claro y largo que embestía, el asunto era llegar en tan buenas condiciones a la muleta y milagrosamente así fue. Aunque perdió fuelle en el segundo puyazo no hizo nada de manso. Era una gozada verlo embestir. Bautista dio dos muletazos y medio con un toro de Puerta Grande, al natural deslavazado y con la mano derecha acompañando el viaje, haciendo el tiovivo. En los adornos muy pinturero, eso sí. Lo mató de una estocada recibiendo en buen sitio, perdiendo la muleta. A base de tirones y mucho porfiar, Rafael González y compañía se lo llevaron a morir a tablas, cayó, y el público pidió la oreja, pero la ovación más fuerte se la llevó Venturoso II. Estuvo muy por debajo del toro, también del cuarto, Caracol, que de babosa no tenía nada, este pedía el carné de torero, había que llevarlo muy toreado, mandar y tirar de él para no quedar en evidencia, que fue lo que sucedió con el torero francés. Acabó matando con trampas, haciendo la pantalla con la muleta.

Morenito ha podido dejar algunos retazos de su toreo de capa pero en conjunto no deja buen sabor. Su primer ejemplar fue un manso de arreones, incierto, de los que se lo guardan todo dentro. Le pegó un revolcón cuando iba a echarle la izquierda, el toro se lo quería comer y hubo unos segundos complicados hasta que Jarocho le quitó al bicho de encima a cuerpo limpio. Con la taleguilla hecha jirones y casi con las vergüenzas al aire tuvo mérito Morenito poniéndose delante de nuevo, sacando algunos muletazos. Después de una estocada rinconera y algo atravesada, el toro se vino arriba y se puso a dar carreras por el ruedo más fresco que una rosa. Fue necesario otra estocada desprendida para despenarlo y lo arrastraron entre división de opiniones; Morenito saludó desde el tercio. El quinto fue un toro mediano y deslucido, acortó muy pronto las distancias y el trasteo careció de brillo. Antes, en el segundo envite con el penco, el burel dio un buen trompazo entrando en corto que mandó a Héctor Piña a verificar el estado del piso.

Muy desdibujado José Manuel Mas toda la tarde, se le ha notado la falta de actividad en demasía. Estuvo por debajo de su primero, un toro blando, y sin decir nada con el noble que cerró plaza. Se pasó de faena y sonaron los tres avisos. El tercero de su cuadrilla, José Ángel del Saz, ha provocado rechifla por su baja estatura pero ha dado una lección magistral poniendo banderillas de sobaquillo, no es el modo más artístico pero a él le ha servido para salir airoso y ganarse las palmas del público. Para eso están los recursos.

Juan Bautista con Venturoso II, un gran toro

domingo, 8 de mayo de 2016

Goya, "antitaurino"


   Es de tal envergadura la mamarrachada y la inmoralidad a la que se ha prestado una institución como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando que no sabe uno por dónde empezar. No solo por el revisionismo arbitrario que se hace sobre los gustos del pintor taurófilo por antonomasia, que no viene de nuevas según nos están recordando eminentes aficionados, sino por acoger una exposición que dice barbaridades lindando con el delito del tipo: "los toreros son psicópatas", dentro de un establecimiento favorecido por el Ministerio de Cultura, encargado de custodiar y difundir nuestra historia y nuestro arte; o que un grupito de maleantes, condenados por atentar contra el orden público y apologistas de la violencia, se dediquen a recoger libros para enviarlos a la muy ilustre, antigua, coronada, leal y nobilísima villa de Tordesillas. Un regodeo de pretendida superioridad cultural y moral, con propósito de humillar a todo un pueblo, verdaderamente repugnante. Todo esto, como digo, bajo el auspicio de la Real Academia, la misma que en su propia guía del museo, en la página 222, hablando de la pintura goyesca "Toros en un pueblo", dice textualmente: "Este cuadro refleja la afición taurina de Goya que desde joven frecuentó capeas y corridas en las que él mismo participaba".

Los urbanitas antitaurinos de hogaño, tan alejados de la realidad real de la naturaleza, tan prestos insultando al aficionado a toros y a dar lecciones de maltrato mientras tiran de la correa de un perro condenado a las cuatro paredes de un piso, normalmente capado, e incluso de raza cazadora que jamás sabrá lo que es correr detrás de una presa; pretenden atribuirle a Goya lo mismo que se les pasa a ellos por su estrecha cabeza cuando ven una pintura de tema taurino. De resultas tenemos un aderezo de tergiversación histórica, pensamiento antropomorfista y publicidad antitaurina para gente naíf.


Martincho vuelca un toro en la plaza de Madrid. Lo que traduciríamos como "suerte de mancornar", empleada en el campo y con mucho arraigo en Portugal


La exposición aprovecha el segundo centenario de la serie La Tauromaquia (1816) pero es tan paranoica que está encabezada por una estampa de Los toros de Burdeos (1825). Ciertamente, como taurófilo y modesto aficionado al arte, observando las estampas de ambas colecciones no dejo de descubrir nuevos detalles y de acrecentar mi admiración por este artista inalcanzable. Goya nos regala las fotografías de tauromaquias y suertes pretéritas que nunca tuvimos, y los que gustamos de ahondar en la historia de los toros siempre estaremos en deuda con don Francisco, "el de los toros", como le gustaba firmar algunas cartas.

¿Puede alguien creerse que un aficionado a los toros de toda la vida, reniegue en la vejez de su pasión y tres años antes de morir, frente a la oportunidad de creación y los avances que le ofrecía el establecimiento litográfico de Gaulon, en Burdeos, se inclinara a realizar una serie de cuatro estampas y escogiese el tema taurino? Responder a esta pregunta, como la exposición de la Real Academia, no tendría ninguna base científica. Afortunadamente, son muchos los historiadores y los documentos (suscritos por el propio Goya), que prueban de modo fehaciente la afición del genio aragonés. Y si no, qué diantres, miren su obra.

Si el ajetreo de la feria de San Isidro lo permite iré prorrogando esta serie y de paso nos deleitamos con la pintura taurina de Goya. A no ser que los animalistas decidan vilipendiar a Picasso y tengamos que cambiar por estilos más vanguardistas. Mientras tanto, enlazo algunos de los artículos más jugosos que hasta el momento se han publicado, comentando la bajeza de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de los animalistas no esperábamos menos.

Andrés Amorós, en ABC.

José Ramón Márquez, en Salmonetes.

José María Moreno Bermejo, en Del toro al infinito.

Fernando Fernández Román, en La República.

Benjamín Bentura Remacha, en Del toro al infinito.



Francisco de Goya y Lucientes. Autorretrato ante su caballete, hacia 1785
(Expuesto en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y descargado de su web)

Chupa y camisa de chorreras del mismo estilo que en el retrato que hizo de Costillares, taleguilla, medias con espiga, manoletinas... ¡torero!

viernes, 6 de mayo de 2016

Se inicia la primera feria del mundo


Pese a que no podamos disfrutar de los toros en El Batán y la "nueva política" esté a punto de asestarle el golpe definitivo.

Aunque sea con los lisardones de Valdefresno, reyes del trote cochinero, e inspiren poca o ninguna confianza.

Suerte pa´tos. Echen buen mes de toros.

Que el público de oleadas no nos haga pasar mucha vergüenza.

Y que los monos se ganen el jornal levantando jacos.

miércoles, 4 de mayo de 2016

¡Qué vuelva el Toro!

Por su interés, ahora que se avecina San Isidro y enlazamos con las ferias de verano de primer nivel torista, como Pamplona y Bilbao (a punto de irse al garete), copio la editorial del La Voz de la Afición de octubre de 2015, de la Asociación El Toro de Madrid, y suscribo todas y cada una de sus palabras. 

¡Qué vuelva el TORO!

    Los toreros referentes del escalafón llevan tiempo menospreciando todo aquello que se escape del guión previamente establecido, reduciendo el abanico ganadero a dos o tres hierros a lo largo de toda una temporada, cuyo planteamiento resulta una burda caricatura del poderío que alguno tiene adjudicado por su círculo de loas. El toreo de cucamonas. El poderío de sota, caballo y rey; siempre que sean del mismo palo. Las consecuencias a la vista están, los ganaderos de otros encastes se ven en una encrucijada y si resisten es gracias a un esfuerzo encomiable por amor a la ganadería y la demanda de un núcleo determinado de la afición.  

Se ha impuesto de facto un solo tipo de toro, seleccionado por los principales espadas a imagen y semejanza en haciendas donde el ganadero es un mero colaborador. Un productor de reses de lidia donde la balanza torero versus aficionado solo se inclina de un lado.

En el imaginario del aficionado, las plazas de Pamplona y Bilbao, administradas en gran medida por comisiones de aficionados y seguramente gracias a ello, siempre se han visto como fortalezas inexpugnables, estancas al abuso de los mandamases del mundo taurino. Símbolos por excelencia del toro-toro donde no cabían concesiones. Estas son nuestras ganaderías, estos son nuestros toros, si quieres bien y si no también. Sin embargo, este verano hemos contemplado asombrados como estas ferias han sido sitiadas por las figuras y sus adláteres, instalándose en ellas el medio-toro. Ni los más pesimistas lo hubieran imaginado, pero así ha sido, la mona también ha llegado a esas plazas baluartes del toro en su máxima expresión y todo se ha desmoronado. Pamplona y Bilbao han claudicado. Pensando en positivo diríamos que solo es posible mejorar, puesto que hemos alcanzado el cénit de la decadencia.
No solo han cedido a la monotonía ganadera mencionada al principio, sino que han admitido corridas de toros propias de cosos de segunda categoría, toritos de escaso respeto, y en alguna ocasión de más que dudosa integridad en las astas, como ocurrió la tarde de Garcigrande en Pamplona, con El Juli, cómo no, anunciado en el cartel. Algunos son como Atila y su caballo, por donde pasan deja de crecer la hierba, o el toro, como es el caso.

La Semana Grande de Bilbao ha sido más sangrante si cabe, día tras día y siempre con determinados toreros, el medio-toro. Y fruto de estas corriditas propias de plazas portátiles se ha erradicado el tercio de varas, escenificando diariamente un paripé con los caballos. No hay nada que ahormar en un animal limitado, justo, sin poder ni fiereza. Los mismos jacos de Bonijol que más allá de los Pirineos deleitan con todo tipo de cabriolas, en Bilbao hacen la suerte mortecinos.

Nuestra plaza hace tiempo que se entregó a la tiranía de algunos toreros y son constantes los escándalos cuando hacen acto de presencia. Idas y venidas de camiones transportando reses, reconocimientos mañaneros, desmanes de apoderados, etc., es habitual los contados días que actúan ciertos coletas, todo por imponerse y echar el torito en vez del TORO. La realidad es que, desgraciadamente, las figuras no tienen vergüenza torera por demostrar este supuesto estatus, ni amor propio por establecer una conexión con la afición como hicieron tantos toreros, llamados “de Madrid”, sino que rehúyen acartelarse y las apariciones se limitan a una o dos tardes al año escrupulosamente calculadas. Domingo de Ramos, Resurrección, Dos de Mayo, Virgen de la Paloma, Feria de Otoño, Virgen del Pilar; nada, únicamente San Isidro. ¿Dónde está el respeto y la pleitesía hacia la afición venteña? Para colmo, el resto del escalafón vislumbra un futuro oscuro: los méritos en Madrid apenas aquilatan, las grandes empresas taurinas que dominan el sector hacen y deshacen en virtud a intereses particulares, menospreciando triunfos importantes.

Ante este panorama, quitar al torilero el vestido de torero ha sido todo el desvelo del sector, cuando fue costumbre y tradición en esta plaza desde tiempo inmemorial. El hombre que abre la puerta de la gloria o el fracaso viste ahora un atuendo campero que nada tiene que ver con la historia taurina de Madrid. ¡Y con eso hemos resuelto los problemas de la fiesta!

¡Qué vuelva el TORO!

Toro de saca de Murteira Grave. De su página de Twitter

domingo, 1 de mayo de 2016

Novillada de Conde de Mayalde

  Novillada insulsa de Conde de Mayalde para dar comienzo a un mes de mayo que viene intenso y bien cargado de días de toros. Animales que parecían que sí, manejables, dejándose hacer, pero en verdad totalmente vacíos de la auténtica casta exigible a reses de raza brava. El primero fue un auténtico regalo para el novillero, Miguel Ángel Silva. Seguro que ni en los días previos al festejo soñaba con un animal así, tan boyante, con tan francas intenciones, humillando y yendo largo en cada cite. Además duró. Silva se hartó de pegar muletazos que no dijeron apenas nada, se pasó de faena y se hizo un corte en la mano entrando a matar. No quiero pasar página sin decir que este primero, de nombre Escultor, en los primeros tercios hizo ademán de saltar al callejón y salió del caballo refugiándose en los tableros del nueve; para no dar lugar a interpretaciones erróneas.

  Del resto podríamos destacar la seriedad y el cuajo de la segunda parte del festejo. Naturalmente, hubo diferencias en el juego que ofrecieron. No voy a entrar en ello, no merece la pena. En general siguieron un mismo patrón, el de salir huidos de la pelea con el jaco, la nobleza bobalicona y la falta de casta. De tan nobles resultan artificiales; ni rastro del nervio, la listeza y el poderío en las arrancadas que se presume en un toro bravo. Los novilleros, aun con las carencias y la bisoñez que exhibieron, no pasaron ningún apuro. Por algo sería.    

Miguel Ángel Silva al natural con el que rompió plaza, Escultor

Desencajonada


  
  La desencajonada ha sido todo un éxito, congregando mucha afición, muchos niños y gran ambiente. Se agradece enormemente la idea y debería convertirse en una tradición previa a la mini feria de la Comunidad. Ese tipo de ceremonias en torno al toro que son vivero de afición, como El Batán, abandonado durante diez años por políticos y profesionales taurinos y, ahora, en manos de un Ayuntamiento antitaurino e irrespetuoso, a punto de recibir la puntilla de muerte.

  La corrida de El Tajo y La Reina desigual, un par bastante feotes y dos ejemplares imponentes: el primero y el último desenjaulados, 44 y 40 respectivamente. Justo los que recibieron el aplauso espontáneo de la afición, el mejor termómetro.

  La web de Las Ventas nos saca de dudas y relaciona todas las desencajonadas que se han dado en nuestra Plaza.

En total, con el desencajonamiento de hoy, el espectáculo se ha celebrado tan solo cinco veces en Las Ventas.
  • 1935.-  11 de julio, corrida de Ricardo Ayala, (corrida de la prensa) estoqueada por Marcial Lalanda, El Niño de la Palma, Cagancho y El Estudiante (8 toros).
  • 1982.- 18 de septiembre. Corrida de la Feria de Otoño. Encierro de Victorino Martín que estoquearon Ruiz Miguel y José Antonio Campuzano, mano a mano, el 16 de septiembre.
  • 1982.- 25 de septiembre. Corrida de Marisol y Jesús Trilla que estoquearon Raúl Sánchez, Pepe Pastrana y El Melenas el 26 de septiembre.
  • 1983.- Corrida de Palha que estoquearon El Puno, Manolo Arruza y El Melenas el 12 de octubre de 1983 (retirada de Agapito Rodríguez).
  • 2016.- 30 de abril. Corrida de El Tajo y La Reina que estoquearon Miguel Abellán, Iván Vicente y Juan del Álamo el día 2 de mayo.