jueves, 17 de julio de 2014

Céret de Toros 2014. Felipe Bartolomé (IV)

Toros de Hros. de D. Felipé Bartolomé Sanz para Frascuelo, Alberto Lamelas y Esaú Fernández.


  Otro de los festejos que apetecían de veras, con toros de Felipe Bartolomé, una ganadería señera del encaste Buendía prácticamente desaparecida de los festejos de a pie. Los amantes del toro de Santa Coloma disfrutaron con las estampas de gran trapío de toda la corrida, con el reparo de algunos ejemplares cornicortos. Mansos y de poco poder en varas; en la muleta vimos dos boyantes y nobles, dos de condición mular, uno blando y pastueño, y uno duro y avieso.

  Frascuelo tuvo gran fortuna con el lote que sorteó, si llega a vérselas con el segundo del festejo estaríamos hablando de una desgracia. O si el noble primero hace por él, cuando cayó a la arena perdiendo pasos en una tanda en redondo, podría haber pasado lo peor. En seguida recordé aquella cornada en Madrid con un toro de San Martín, fue igual, y seguro que el torero se acordó de ello en esos momentos de angustia, gracias que en esta ocasión el toro no hizo por recogerlo. Frascuelo no está en condiciones de torear, no tiene facultades, pero tiene algo que los demás no tienen, una cosa que no se entrena. Hablo de la torería. Ese modo de andarle al toro, esa majeza en todo lo que hace, es un bien ciertamente escaso, algo que se tiene o no se tiene. La gracia y la sal en cada lance, ese aquí estoy yo y ahora lo vais a ver. Una gozada, momentos de grandeza que quedan indelebles en la retina del aficionado. Le cortó una oreja al cuarto toreando exclusivamente por naturales, la espada en la derecha y la muleta en la izquierda, ¡y para qué más! Siempre se dijo que el toreo a derechas es accesorio, de hecho se ejecuta con la espada de ayuda. Como colofón se tiró a matar con más derechura que algunos matadores de alternativa reciente, no digamos ya de alguna figura que hay por ahí cortando orejas en plazas de primera con el volapié más mixtificado de la historia. Pero no emborronemos estas líneas. En resumen, buen lote para Frascuelo, toros nobles y boyantes aunque sin mucho brío. Bien merecido lo teníamos, él y todos los que nos ilusionamos cuando lo vimos anunciado en los carteles.

Frascuelo preparando un natural frente a Pescador, 4º del festejo

  Alberto Lamelas, para no perder el ritmo que traía de Vic con los toros de Dolores Aguirre se las vio con Clavero, jugado en segundo lugar. Un cuatreño de pelo negro entrepelado, bien puesto de cara y expresión de toro noble. Mirada engañosa la de Clavero porque era de esa clase de toros que se arranca solo cuando cree hacer presa, menuda prenda. Quedó crudo en varas, recibiendo solo dos puyazos de los que salió suelto; y al llegar a banderillas, cuando Fernando Téllez cuarteaba entre Clavero y la puerta del toril, el toro achuchó hacia la querencia, tratabillándose el banderillero al salir del par. Clavero se fijó en él, y se arrancó con saña a cogerlo, pegándole una paliza y arrastrándole varios metros prendido del vestido de torear, un milagro. El pánico inundó la plaza en este tercio de banderillas. La faena de muleta fue emotiva por la disposición de Lamelas, que tuvo mucho mérito pues consiguió apaciguar los instintos homicidas del toro, aunque se llevara algún susto cuando salía de la cara o cuando intentaba finiquitarlo con el descabello, porque Clavero todavía seguía pegando arreones, persiguiendo y lanzando cornadas. El toro fue arrastrado entre la división del público y Lamelas tuvo que saludar.

Clavero

  Abusó Lamelas del bombón que hacía quinto, como suele suceder cuando los toros son blanditos y se dejan hacer. Lo toreó bien de muleta, gustándose, prolongando en demasía la faena y dando un mitin con los aceros. Escuchó un aviso de la presidencia.

Lamelas con el 5º, Pescador

  Esaú se las vio con dos ejemplares que se rajaron rápidamente, dos marmolillos. Si a la condición de los toros le añadimos el estilo sobrio y desangelado del torero, el resultado nos proporciona dos trasteos sumamente aburridos. Al primero lo tumbó de una estocada caída y el sexto de una baja chalequera.

  En las cuadrillas muy bien Raúl Cervantes, que iba con Frascuelo, y una vez más Ángel Otero, bajo las órdenes de Esaú Fernández. Lo bordaron con capote y banderillas. A caballo destacó Nicolás Flores con el sexto de la tarde, se agarró trasero pero toreó de lujo.

Corbero cerró el encierro, toro guapo. Fotos eltorodelajota.com 

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