martes, 26 de marzo de 2013

Más sobre Jaquetón


 Al ser arrastrado este buen toro, el público apludió las hazañas de tan bravo animal que, reconocido después en el desolladero, resultó tener roto un pulmón, debido, sin duda, a los esfuerzos que hizo en su brillante pelea. Con gran voluntad, de condición noble y codicioso para los caballos, JAQUETÓN, llegose a estos nueve veces, derribó en todas y mató siete; al cambiarlo de terreno con el fin de refrescarlo, persigue a Ángel Pastor, quien tropieza y cae sobre uno de los caballos que yacía expirante en la arena. JAQUETÓN arremete con el jaco moribundo, le cocea este, y al poco, ya sea fatigado por la dura faena que sostuvo en la lidia o ya a consecuencia de las coces que recibiera, se le vio humillar, mover la cabeza, así como los remos delanteros, en continua convulsión, y vista su inutilidad para continuar la lidia, salieron los cabestros, pero no pudiendo JAQUETÓN andar ni seguirlos, el espada Currito le remató, descabellándole al tercer intento.
 
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 Lo escribe Antonio Fernández de Heredia, Hache, en su Doctrinal Taurómaco. Aquí la entrada completa sobre este célebre toro.

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