viernes, 15 de abril de 2016

Indulto en Sevilla de Cobradiezmos, de Victorino Martín






 Ahora que han pasado los días y las emociones están de resaca, hagamos unas cuantas consideraciones en frío. Cobradiezmos, de Victorino Martín, al que han mandado de regreso al campo en esta Feria de Abril 2016 es el tercer indulto contemporáneo en la Plaza de Sevilla, en la década de los sesenta hubo un novillo de Albaserrada y hace pocos años fue un toro de Núñez del Cuvillo, Arrojado, que produce sonrojo solo de pensarlo. Mucho antes se le perdonó la vida a otros morlacos, en tiempo heroico de picadores de acero, hilo de oro y batacazos de muy señor mío. 

  Cobradiezmos, como los frailes de Andalucía que a base de tributos en forma de ganado vacuno profesionalizaron la cría del toro bravo y crearon algunas de las castas fundacionales, es un toro guapo, como no podía ser de otra forma y como prácticamente todos los toros que resultan máquinas de embestir, que al final solo vemos guapura. He de decir que aun viéndolo bajo el prisma de la pantalla, con la esterelización que produce, no puede uno evitar el embargo de la emoción que produce esta fiesta simpar. Cobradiezmos fue un señor toro que no dejó de embestir codicioso, planeando y surcando el albero con el hocico; desde el principio fija la atención del espectador merced a esa extraordinaria forma de acometer en la muleta de Manuel Escribano. A comienzos de faena lo hace incluso galopando, cosa rara en este encaste, como galopando acude a los dos puyazos que recibió. Bajo el peto hace una pelea discreta, empujando de lado, con el pitón izquierdo; en el segundo encuentro se apresuran y lo sacan rápido. Se dice que los puyazos traseros no favorecen a que los toros humillen, no fue el caso de Cobradiezmos, castigado trasero tuvo en la humillación una de sus cualidades más destacables. Para concretar diríamos que el toro, aunque tardeando, acude alegre y decidido al caballo, donde pelea sin grandes alardes, y sale del trance embistiendo a todo lo que se le ofrece, sin hacer el mínimo gesto de desprecio o de huida. Falta ese tercer y sacrosanto puyazo, definitorio y meridiano de bravura, aunque viendo que el animal no parecía muy sobrado de remos -hay varias perdidas de manos- ni atesora el poder y la fiereza que tanto miedo produce a los de abajo, parece lógico que no lo pusieran nuevamente en suerte. En banderillas acude presto y galopa, parece que siente los palos en el segundo par, pero es mínimo y, como los puyazos, también caen traseros.  

  Para poder sacar conclusiones y mojarme sobre el indulto he contado la lidia de Cobradiezmos desde mi punto de vista. Y siendo consecuente con mi forma de ver esto, para aprobar el indulto, al toro le falta un punto más de fuerza, o poder como decían los antiguos, y una pelea en varas más brava, más demoledora. De este modo se hubiera puesto contrapunto a la nobleza que exhibió en la muleta que, para gusto de un servidor, tiene una cucharada de azúcar de más. Y no es desprecio a esa cualidad inefable que hace posible el toreo, hogaño tan estigmatizada, como es la nobleza. El toro se revuelve rápido, sobre los cuartos traseros, como es tradicional en este encaste, su condición de bravura noble le hace embestir hasta el fin del mundo. Lo que pasó en Sevilla no es otra cosa que el reflejo de una visión de tauromaquia que imponen, donde la faena de muleta es lo único que cuenta y el resto se ignora o, en el peor de los casos, se menosprecia.

  Cada aficionado tiene una opinión sobre el concepto de máxima bravura, y la mía es la de "hasta aquí hemos llegado". El toro bravo se entrega con franqueza cuando encuentra un torero con suficiente poder como para domeñarlo, pero también es fuerte, listo, fiero, y tiene que llegar un momento, con el paso de la faena, en el que se va enterando, se avisa, y vuelven las complicaciones. Ese "hasta aquí hemos llegado" que comento. La bravura infinita, de muletazos sin fin, no la concibo, porque el toro bravo es noble, pero no es tonto.

  Debería haber empezado diciendo que no soy partidario de ningún indulto, en otras ocasiones lo he comentado aquí. Uno de los momentos más emocionantes y solemnes de la lidia, génesis y razón de ser de la tauromaquia, es la estocada final y la muerte del toro bravo entre la admiración del público. El indulto nos priva de ello. Los toros han de morir en la plaza frente a un hombre que expone su integridad y su mayor valía, la vida, y solo haría la excepción con animales de sangres en peligro de desaparecer que no tienen dónde refrescar, como bien me hizo comprender David Delajota. En plazas de segunda y tercera que sigan con el indulto si quieren, tampoco vamos a privar al público de la fiesta pandereta en plazas de pandereta, donde el toro, la lidia, el tercio de varas y la más mínima rigurosidad brillan por su ausencia.




9 comentarios:

Anónimo dijo...

Espero no extenderme mucho y que esto no provoque un nuevo estirón de orejas por parte del Administrador de este Blog.
Para mi, el toro esta entre boyante y pastueño.
Su bravura: (la desgloso en varias cualidades que me sirven para "medirla")
1. Ante el castigo (duro / blando) digamos que para mi únicamente cumplió, solamente. Bravura no dura.
2. Con respecto al embroque (seco / suave) para mi es mas suave que seco. Bravura sueve.
3. Con respecto a los terrenos:
a). ganar el terreno del lidiador (los que pueden y los que no), claramente no pudo del todo, no pudo con Escribano, no le hizo correr. Bravura sin mucho poder.
b) ir a los terrenos (pronto o tardo) pronto aunque tardeo y escarbo en algunos momentos. Bravura pronta.
c) volver al terreno recargar (revoltoso o poco revoltoso) para mi fue revoltoso.
4. Con respecto a lo listo: (volitivo / sencillo o claro) digamos que nada listo fue un toro sencillo o claro.
Con todo esto tenemos un toro : sencillo o claro, pronto, revoltoso y no con mucho poder para ganar el terreno del torero. ==>> por todo esto digo entre pastueño y boyante.
Por todo ello algunos lo han resumido en: SE TOREABA SOLO. (discrepo pero se acerca a la realidad, mas porque admiro a los toreros "trabajadores" con dominio como Escribano, aun carente de gracia). Digamos que es un grado más a HERMANITA DE LA CARIDAD.
No obstante quiero plantear una reflexión:
este toro que sin duda si es de bandera, porque los toros de bandera son los que gustan del mismo modo al ganadero, al torero, al aficionado y al critico (en otros tiempos de tres varas, con otra bandera) ; en fin, a lo que vamos, que una cosa es que el toro guste a todos por igual: ganadero, aficionado y toreros; y otra cosa distinta es que este SEA EL UNICO TORO del aficionado o entendido.
Yo que me considero entendido en toros, aunque suene mal decirlo; me gusta el menos bravo, el marmolillo, el reservon, el huidizo de banderillas negras y el boyante y el pastueño de vez en determinadas muletas y capotes también... el aficionado vamos a ver no solo pastueños o boyantes... vamos a ver sobretodo TOROS DE LIDIA o de combate y estos pueden salir bravos, menos bravos... lo importante que den miedo tanto por su comportamiento como por su trapío y si salen 6 platos distintos MEJOR.
Ese es el toro del aficionado, en la mayoría de las ocasiones no debería gustar al torero y por desgracia ya no lo busca ningun ganadero tan obsesionado con la "bravura".
Desde que el aficionado, ve los toros como el ganadero, o sea, valorando lo que este debería valorar y el ganadero ha terminado de verlos como el torero o valorando cualidades de que humille hasta extremos, tengan fijeza ... recordemos aquella sentencia de A. N. " cuanto mas humilla el toro mas humillada esta la fiesta" - y el torero no los quiere... en fin desde que hay este cambio de papeles el toro FIERO Y SANGUINOLIENTO no sale, y señor administrador, ese es el que a mi mas me gusta, ese es mi toro y no me importa el pastueño siempre que también saltase el otro. No me importa un pito la bravura la mayoría de las veces, poque a cada TORO su lidia. Por cierto, Victorino hijo tan conocedor del saltillo mexicano desde los tiempos de chafick y las pajuelas, que tome nota de la fiesta allá, porque la fiesta no es solo pegar naturales hermosos y esteticos, que lo es también; la fiesta es mucho más, es ver a la parca ser lidiada en unos pocos metros... no aburriré más, un fuerte saludo y gracias por tu blog.

cadahalseño dijo...

Pedro, has elegido un buen momento para pronunciarte sobre el indulto de "cobradiezmos": en templado; es decir, ni en frío ni en caliente.
Vaya por delante que soy partidario del indulto del toro, con las condiciones que expuse detalladamente hace 7 años (http://estrapicurciela.blogspot.com.es/2009/02/indulto-si-pero.html).
Vi la corrida de Victorino en directo a través de la televisión. El hecho de no verlo en la plaza ya es un hándicap para opinar. Desde luego me emocionó ver el comportamiento de un toro de máxima nota en casi todos los caracteres que definen la bravura. Únicamente en dos muy importantes podía considerarse que no alcanzaba esas máximas cotas, como en la fuerza, en la fiereza y en la pelea en varas, dos de las más importantes.
Lo mencionas en tu comentario: un toro excepcionalmente bravo no puede ser uno que no se canse de embestir, sino uno que acabe enterándose de que delante tienen algo más que una muleta.
En cuanto a la suerte de varas, era necesario haber visto un tercer puyazo. Si se reservó para evitar que se agotase, creo que al final de la faena de muleta (aunque el Reglamento andaluz no lo prevea) debió ordenarse la salida del caballo, poner al toro en el platillo y ver si acudía o no, simulándose la suerte con el regatón. En mi opinión, ese toro habría acudido al caballo desde el centro y galopando y eso habría puesto la plaza boca abajo. Se hizo en su día con el saltillo "Ruidón" y el ganadero (Moreno de la Cova), lloraba al verle galopar al caballo.
No quiero terminar el comentario sin mojarme. Si yo hubiera estado en la Maestranza me habría decidido a sacar mi pañuelo pidiendo el indulto. Desde luego, con muchísima más razón que con "Belador" (éste solo ganaba en fiereza, pero en el caballo hasta salió suelto), al que no indultaron por él mismo, sino por sus hermanos de la "corrida del siglo".
Un saludo desde Cadalso de los Vidrios.

Rafa dijo...

Me alegro de que pongas un poco de sensatez en toda esta monumental exageración (o directamente despropósito) que ha sido el indulto a este toro. Conforme pase el tiempo irán saliendo más opiniones parecidas. Y eso sucederá cuando salga otro toro de ganadería 'comercial' que haga una pelea tan discreta como este en varas y luego sea repetidor y con gas en la muleta como este.
Saludos cordiales desde Tarragona.

Dominguillos dijo...

Anónimo.

Muy de acuerdo con sus reflexiones, me ha gustado eso que dice de que los aficionados ven los toros como ganaderos y los ganaderos como toreros.

Discrepo en lo de "entre pastueño y boyante", partiendo de la base de que un toro pastueño es el que acomete sin brío, soso; y un toro boyante el que va franco y claro. Cobradiezmos no me pareció pastueño y sí boyante.

En algún momento hizo recular a Escribano, y este, en muchos lances, no consiguió rematar los muletazos por abajo, por debajo de la pala del pitón que se suele decir.

Saludos.

Dominguillos dijo...

Cadahalseño.

Muy bueno el primer párrafo de la entrada que enlazas, reflexiones muy atinadas.

Como digo en la entrada, aun viéndolo en vídeo, el toro me emocionó. No es un indulto que "moleste", como el de Arrojado por ejemplo. Lo único que tratándose de Sevilla, al toro se le pide más, sobre todo poder y bravura en varas, cualidades que deberían tener mucho peso en una plaza de esa categoría.

Sobre la conveniencia o no del indulto, el tema tiene mucha miga. Podríamos discutir largo y tendido sobre esto. Uno de los problemas que hay a día de hoy, y por lo que quizá me muestro "radicalmente" en contra con el tema, es la balanza público-aficionados. Estos últimos cada vez escasean más, en plazas como Sevilla y Madrid, donde no hace mucho tenían un peso importante, vemos que van quedando como algo testimonial, no digamos en otras plazas de primera... Y al final lo que sucede es que el indulto se convierte en una pantomima por norma, de ahí quizá mi negación.

Lo de sacar el caballo al final de la lidia es una buena idea, pero quizá habría que poner en el Reglamento que en plaza de primera, para proceder al indulto, los toros han de tomar tres varas como mínimo. De hecho soy partidario de volver a las tres varas por imperativo.

Un cordial saludo.

Dominguillos dijo...


Seguro que sale el debate cuando eso suceda, Rafa, y va a estar entretenido, jaja.

Por mucha imparcialidad que se pretenda, por mucho que se intente ver sin prejuicios... Los cárdenos, la mejor ganadería de la segunda mitad del siglo XX. Siempre queda algo en la mente de todos.

Un saludo.

Rafa dijo...

Precisamente en la mente de todos están victorinos toreados por El Cid hace relativamente poco y que fueron superiores a este. Que hagan memoria los aficionados de Madrid y de Bilbao y caerán en la cuenta.

Anónimo dijo...

Discrepo sobre su consideracion sobre el pastueño q para mi es quien acomete suave y siempre sin recelo, por nada confundir con la Tora o toro comercial q no deberia de lidiarse. O sea el pastueño es lo mas parecido a una hermanita de la caridad, pero no una monja coja sin fuerzas drogada o enferma; tan solo a una monjita. Pero vamos no le escribo por esto sino para proponerle un analisis y una reflexion. El analisis es comparar velador murciano y cobramejico y luego ver los victorinos de andres vazquez crro q todo anda por internet. Y la reflexion es una vez visto decirnos quien ha echado a mas aficionados y entenfidos de sus asientos de piedra: los domecq o los ganaderos duros bajando la exigencia de fiereza en sus castas. Usted me dira

Dominguillos dijo...

Anónimo.

Es complicado saber quién ha echado al aficionado de las plazas, si es que eso ha ocurrido. Cada ciudad, cada plaza, tiene su historia...

Saludos.